26 de marzo de 2012

Proyecto de Adictos a la Escritura -La Frase

Vengo de rápido a dejar el proyecto de Adictos a la Escritura =D mi primera participación en este grupo, me siento muy feliz de haberlo terminado a tiempo  ^^   espero les guste.  


Edit: Ya marqué la frase que me había tocado


Un día normal, un día como otros.

Benjamín bajó las escaleras con pereza, restregándose los ojos para espantar el sueño que aun dominaba sus sentidos. Como todas las mañanas, saludó a su madre con un beso en la mejilla y se sentó en la mesa a degustar de su desayuno que con amor le habían preparado, cuando hubo acabado dio las gracias y tomó sus cosas para encaminarse a la escuela. El sol aun no había salido por lo que pudo ser capaz de apreciar la luna y las estrellas que permanecían en el firmamento, sonrió al ver tal belleza y continuó su camino solitario sin saber que de lejos, escondido entre la oscuridad, una mirada de color esmeralda lo observaba con rabia.

“¿Cómo podía aquel ser caminar despreocupadamente entre callejones oscuros? ¿Cómo podía no tener miedo a las adversidades?” se preguntó al recordar aquella sonrisa tan inocente.

Una simple respuesta escapó de sus labios: ignorancia. Benjamín ignoraba lo que era en realidad aquella perfecta ciudad a la que muchos denominaban utopía, y aunque no conocía al joven ya lo despreciaba por eso, de hecho despreciaba a todo el mundo que vivía ahí, pues ellos mimos se colocaban la venda para seguir disfrutando de la comodidad que se les ofrecían a cambio de su obediencia.

Hipnos, se llamaba la ciudad donde residían, y hacia honor a su nombre. Personas que dormitaban en una falsa realidad, una ilusión de perfección, gente que se negaba a despertar de aquel sueño hermoso pero irreal entregándose a sus brazos como ovejas ciegas que se acercan al matadero sin saber lo que les espera.

Aquel chico era el ejemplo perfecto, un niño que no sentía miedo ni por el presente ni por el futuro, y por supuesto no estaba al tanto del pasado. Adrik apretó los puños, generalmente las personas le daban igual a menos que pudiera sacarles provecho, no entendía porque desde que había visto esa tranquilidad tan pasiva en la sonrisa de Benjamín, acudía casi a diario a Hipnos tan solo para observarle. Y le daba rabia pues jamás en su vida se había encaprichado con alguien de esa manera, menos de un joven que seguía fielmente las leyes que se le imponían sin respingo alguno.

Los rayos del sol iluminaron la ciudad de cristal y las personas comenzaron a llenar las calles, todas sonriendo de aquella misma forma, saludando con cortesía a sus vecinos y mostrando ser gente dotada de amabilidad. Pero él solo veía sombras que sonreían con falsead, gente que se colocaba una máscara antes de salir de sus casas, era capaz de saber cuando las intenciones de alguien eran puras y cuando solo fingían. El mismo utilizaba mascaras para poder manipular a la gente y sacarle provecho, no creía que eso fuera despreciable, más bien lo veía como si tomara prestados los peones de un ajedrez ajeno por solo unos minutos. Si, exactamente eso era, un ajedrez donde cada persona tenía un lugar específico que no podía dejar, la mayoría eran simples peones pero en otras ocasiones la gente ocupaba puestos más altos, aún así seguían siendo piezas de un juego que controlaba el gobierno. Como un titiritero que jalaba los hilos de cada destino.

Las manecillas del gran reloj, que se encontraba en medio de la ciudad, marcaron las nueve en punto y nueve campanadas sonaron por todo el lugar. Dio una última mirada a Hipnos y se adentró por el callejón donde estaba olvidando al chico castaño y regresando a su ciudad: Keres, hasta el momento en que aquella loca idea de traspasar los límites establecidos volviera a su cabeza, porque él era un hombre libre capaz de tomar sus propias decisiones, aunque algunos instintos dentro de él a veces no los entendía.

Muy, muy dentro de su ser sentía lástima por esa gente, eran una comunidad que no podía expresar libremente sus sentimientos. Amor, tristeza, enojo, odio, eran sensaciones prohibidas implícitamente, lo único que era legal mostrar era una aparente felicidad que no podía ser más falsa. El día en que la gente despertara, ese día, sabrían lo que se sentía vivir de verdad. 


7 comentarios:

  1. Hola, Yume!

    Bienvenida al grupo. Tu relato está muy interesante. Lo que no me queda claro es cuál es la frase que te ha tocado.

    Besos y espero que sigas participando!

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    1. Gracias por la aclaración x3 como tenía poco tiempo para publicarlo había olvidado marcarla. Ahora ya esta en negritas para que sea más fácil identificarla.

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  2. Guauu, te iniciaste en el grupo con un relato muy interesante y muy bien narrado. Me gustó la idea, es muy original, quizá hasta podría tener una continuación...
    Bienvenida!!!

    Un abrazo!!

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    1. ¡Muchas gracias! la verdad es que me costo un poco iniciar, siempre los inicios me quiebran la cabeza.
      De echo es parte de una historia más larga que quiero iniciar y me pareció estupendo hacerle un relato base como este :3

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  3. Yume: Me gustó mucho tu relato. Esta ciudad futurista, me recordó cierto proyecto que una vez vi en TV: Hablaba de una ciudad rodeada de cristal, tal vez para aislarla de la contaminación atmosférica.
    Sinceramente, a mí no me me gustaría vivir así.
    Cariñosamente: Doña Ku

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  4. me ha encantado el relato, las distopías me chiflan

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  5. ¡Hola Yume! Tu relato es realmente original,me gusto mucho! :)

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