3 de febrero de 2014

Porque soñar es gratis

Llevo ya tiempo pensando en esto. La semana pasada fue mi primera semana de clases, siempre me ha emocionado esos días porque uno conoce a sus nuevos maestros y sus nuevas materias. Yo estudio en la Universidad de Colima mi ultimo semestre de Bachillerato, y siempre he escuchado, mucho antes de entrar, que es una gran escuela con buenas instalaciones, renombrada y blablabla, nunca me creí del todo eso. 

Y bueno alrededor de los dos años y medio que llevo me doy cuenta de que no estaba tan equivocada. Yo soy una persona indiferente a la Contabilidad, a la Programación (a pesar de que me gusta mucho aquello de crear páginas web o los programas utilizados para la mecatrónica) , al Dibujo Técnico, al análisis Clínico y todas esas áreas que ofrecen en bachillerato, por lo que ya desde primer semestre sabía que tendría que elegir el área de General, que es un área dedicada a las Humanidades. 
Pues resulta que es el área más menospreciada de todas ¿qué por qué digo esto? sencillo, para las demás áreas tiene maestros con un titulo acerca de la materia que están impartiendo pero para las Humanidades no hace falta nada más que saber escribir y leer para impartir materias como Literatura Universal, Taller de expresión oral y escrita, ni siquiera se necesita un mínimo conocimiento para dar clases de Etimologías con que sepas laboral con el libro y hacer exámenes es todo. Si bien, no todos los maestros que imparten clases en mi área son así, si lo son la mayoría, aferrados a un estricto sistema de enseñanza donde más que aprender, el alumno memoriza lecciones, es (como lo leía en otro blog) ADOCTRINADO para trabajar y no para PENSAR.

No, no estoy hablando por hablar, he pasado cinco semestres en este bachillerato sufriendo de lo mismo. Porque me he callado, me he quedado en silencio cuando debía haber hablado, expresar mi inconformidad. Pero ya no más, tal vez para mi es demasiado tarde, un último semestre ¿qué más puedo sufrir? mas no quisiera que les sucediera lo mismo a las futuras generaciones. Es mi obligación atender mis deberes en la escuela pero tengo el derecho a exigir que todos los maestros o tengan un titulo de la materia que imparten o mínimo tomen un curso sobre ella, porque si es así como se manejan, bien podría yo dar mejores clases de Taller o Literatura.

Anexando una anécdota mía a esta queja, recuerdo claramente cuando me enteré de que me darían clases de Literatura Universal, estaba tan contenta porque en el programa leía, muy emocionada, que me hablarían de uno de mis autores favoritos: Edgar Allan Poe, cabe decir que lo único que vi de él fue una tarea sobre escribir su biografía y ya... ¡Y ya! ni siquiera pude disfrutar de una sencilla lectura sobre sus obras, no, solamente escribí una biografía (que por cierto ya me sabía de memoria) de mi aclamado autor. Y esta no fue la única vez que me sentí decepcionada del maestro (porque las materias siempre me parecen muy interesantes). 

Si tanto se alzan el cuello con que son la mejor universidad deberían checar que tipo de maestros imparten las clases, no solo en áreas técnicas, también en áreas generales, porque las humanidades forman una cultura diferente (no cultura, ojo, con el tiempo aprendí que cultura es todo lo que somos). Y una cultura diferente nos lleva a abrir el pensamientos a más posibilidades de creación, de imaginación, nos llevan a una visión más amplia del mundo y esta visión nos lleva a crecer no solo aquí en México sino Universalmente.

Y estos tiempos de pesar, de guerra, de sueños rotos ¿no es eso lo que necesitamos? más gente que crea en que puede hacer lo que desea, que puede crear a base de imaginación, personas, jóvenes con ansías de cambiar nuestro futuro, si solo van a la escuela por un titulo que les hará ganar dinero nadie va a crecer, seguiremos caminando en círculos, avanzando hacia la nada, cometiendo los mismos errores.
Una vez me dijeron que era una soñadora, si, pero no soy la única, en el transcurso de la historia hubo muchos soñadores y todos hicieron un camino en línea recta rompiendo el círculo vicioso de una educación gris, que se dedica a adoctrinar a las masas para el mismo futuro, repitiendo una y otra vez las palabras escritas en libros descontinuados hace décadas.